Allí presento MARÍA JOSÉ CATALÁ su candidatura a la alcaldía de Torrent, con pleno de asistencia, con los suyos y, quizás con otros, con el fervor de la gente que la admira y siente, y con una noche que hacía presagiar la incontinencia de afectos interminables, y así fue. De piedra se quedo el convidado, de ver la soledad sonora de Juan de la Cruz, la mariposa de alas azules con ese vuelo lento para que la mirada no cesase de ver ese cielo abierto de esperanza, eras la ambición controlada y llena de moderación, la lejanía cercana, la voz escuchada, la pasión generosa, el respeto, el juicio equilibrado, el alma sosegada, poesía en el escenario, el verso envuelto en cendal, la Eucaristía de tus fieles, y presa de emoción contenida, trasmitiste en la noche gélida, el calor que necesitaban los que no dejan de dártelo.
Y te miraba el poeta a los ojos, porque quería ver en tu mirada, el mar azul y la ola embravecida, allí donde Alberti con su voz profunda dejo la poesía dormida. Eras la tierra labrada/La espiga enhiesta/El arado que labra/La vida honesta/.
Y como diría Ansón, se presento la Capilla Sixtina de la belleza; aquí estoy, entregada en cuerpo y alma a mi pueblo, al trabajo, al esfuerzo, al sacrificio, a lo que me hace feliz, a renunciar a la felicidad de otras cosas, porque ésta es la que más feliz me hace. Sobran las palabras.
Era un huracán en calma, la metástasis de la simbiosis y química con la convicción de quien se entrega a la causa, para de esa manera contarnos el porque está, y porque quiere seguir estando. El momento del abuelo fue enternecedor, la huella para no perderse.
Dijo muchas cosas, y entre ellas, -que hace falta inversores- para generar en definitiva, desarrollo, evolución, y la marginación del paro, y en su exposición genérica brillo con lo que ha realizado y con lo que esta varado. Se llevo la lección aprendida de memoria, y echando mano al argot de la tauromaquia, paro, templo y mando, sólo falta añadir; suerte y al toro.