lunes, 17 de abril de 2017

PERDIDO Y ENCONTRADO



Me perdí para encontrarme. Fue una sensación extraña para acariciar ese plus de la vida que innecesariamente hace falta. Encontrado y perdido, hice de la soledad el eclipse que no el ocaso. Momentos de la vida en los que hace falta la reflexión para conocer la altura de lo bajo. Lágrimas que surcan el camino abajo para que suba la marea. Un mundo desconocido; encontrarse en él es el advenimiento del cráter en el que vives y dejas de vivir. Un momento que estremece, una parada eterna, un silencio que amortigua ruidos de muchos años, un desierto que enmudece y una luz en el camino que alumbra. Mañana trataré de no perderme porque después de este tránsito esos recorridos inhóspitos hacen llagas en el alma. Seguro que amanecerá otro día, para contar otras historias y ver la belleza de la vida esculpida en el pétalo de la rosa, para no expoliar la flor y el rocío pueda atemperar calores.

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