Este país, de folklore, carajillo, y siesta, vive en la inopia, y en la ambigüedad, porque no vivir en ese mundo, estaríamos hablando de otro. Pero este, refleja ese estado de pobreza, de abandono de la autoestima, de la pérdida de valores, de saber, y estar. Ausente y terminal, proyecta su propio final, viendo que la agonía, no se la puede privar de su propia vida. Un país que abdica, de forma generosa, para que reine, el innoble.
jueves, 19 de abril de 2012
UN PAÍS, DE FOLKLORE, CARAJILLO, Y SIESTA
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