Las nuevas generaciones de izquierdas contaminadas por
jóvenes expertos en inexperiencia, deben encontrar el prestigio y la
notoriedad, saliendo de la cueva para saborear la libertad. Y dejado el
cercado, vivir en el mundo de la cordura, sensatez y no amparados en el
desamparo. Y con luz y taquígrafos, poner rumbo al descubrimiento de la
formación, para construir un futuro de principios, fiabilidad, y no hipotecados
por paladines de convicciones mesiánicas.
No escatimas sensatez a la hora de escribir, pero los destinatarios de tus post, ni ven, ni oyen, ni sienten.
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