martes, 11 de mayo de 2010

JULI MARTINEZ TERRADEZ

Te dedico este momento de la tarde que trasmite silencio, y en lo sublime de esa aura, quiero dejarte en estas letras el tono suave de una melodía de LUZ CASAL que entre en pensar en mi y los demás, invierte el momento: paz.
No existiendo diferencias substanciales, hay paralelismos que nos acercan a comprender que la irracionalidad no podrá nunca superar a la razón. Pero sobreseido el pasado, alimento mi inquietud de futuro que es, en definitiva, el interés lógico de quienes todavía nos sostenemos en el presente. No está mal mirar al pasado porque nuestra vida se compone precisamente de eso, pero además, en ese contexto de la existencia, se forjaron vidas muertas. Expoliada la primera sólo la muerte nos puede privar de vivir, simplemente es lo licito. Y menos mal que nos da tiempo a poner orden en el desorden, en eso invierto yo mi tiempo. Ocupado en esos menesteres, la vida me enseña que se paso mi época, pero encuentro en el momento, la posibilidad de poder explicar a través de las letras haciendo de ellas la mejor praxis: el ayer que no existió para existir, el hoy que nos permite estos momentos pasajeros, y el mañana que ya no perteneciendonos pueda ser un futuro lleno de esplendor para que no haya oscuridades. Quitemos el velo y respetemos otros velos. ¡cuantos desvelos!

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