miércoles, 26 de agosto de 2020

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

La pandemia del coronavirus nos ha enseñado lo que todavía no somos capaces de aprender. Nos ha enseñado la fragilidad de la vida, la inconsistencia de gobiernos mostrando la flaqueza de capacidades con goteras y la irresponsabilidad de tirios y troyanos que es el ADN de la España bananera.  El confinamiento sirvió para ver la altura de la hermandad del pueblo, lo variopinto de despropósitos, la resistencia numantina del colectivo sanitario y para leer algún libro para rendir homenaje a la cultura. “No hay mal que por bien no venga”. 


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