Bien está la concordia entre los pueblos, las
buenas relaciones, la práctica del civismo y la revolución social pacífica,
pero el caldo de cultivo de la radiante actualidad -como consecuencia de la
amnistía- puede sublevar la paz-ciencia del pueblo y ser peor el remedio que la
enfermedad.
Lo sucedido representa, más allá de la humillación a todos aquellos que defendieron la legalidad el 1 de octubre de 2017, una quiebra en la garantía del sistema de derechos y libertades constituida por el Estado de Derecho basado en la igualdad y el principio constitucional de División de Poderes.
ResponderEliminarPreocupa, y mucho, que el actual titular del ejecutivo, con su actuación sin precedentes, se considere por encima del resto de poderes del Estado. Ojalá los auténticos socialistas, que me consta que los hay muchos, sean capaces de poner coto a tamaño despropositado y puedan parar el ataque a la convivencia en paz, libertad e igualdad que consensuamos los españoles en la Constitución de 1978.