Si el opio del pueblo es la fiesta, yo prefiero que
pueda comer porque esa es la autentica fiesta. Pero en este mundo de
vanidades quijotescas, y de egos que rayan la vanidad suprema, cada cual ve las
cosas según intereses que hunden el crédito del que se piensa tenerlo. La vida
que es un cumulo de circunstancias, nos puede enseñar el camino del eclipse
para que no nos cegué el brillo de la luz. Estar por encima del bien, es
situarse en el lado del mal. Ocurre con frecuencia a inteligentes con poco
talento. La humildad que no es lo frecuente en este mundo, nos deja ver la
arrogancia y presuntuosidad de quien es capaz de mostrarla sin rubor.
La derecha prefiere fiestas aunque el pueblo pase hambre.
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