El Partido Popular alcanzó
la gloria cuando María José Catalá ganó dos elecciones seguidas por mayoría.
Ese fue el momento álgido del partido, en el que recobró la supremacía política
y ascendió por derecho propio a las alturas. Con su marcha y el paso del tiempo
la mayoría de afiliados al Partido Popular vive momentos de añoranza de la
época, de frustración y de pérdida de liderazgo en el partido que hoy ocupa el
vacío su lugar. Hacer otra lectura seria ignominiosa y carecería de nobleza. Y
nobleza obliga a hacer de la libertad de pensamiento a que los renglones sean
los barrotes de mi cárcel.
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