En la periferia de la vida
política siempre te encuentras personas con el cerebro como el raquis de una espiga y con la seguridad
del mimbre cuando el viento sopla. Los hay. Normalmente están exentos de
pensar sin perjuicio de que en el esplendor de la ignorancia hagan de la crítica
el botín de su analfabetismo y la falta de respeto que es común al otoño de la
primavera en la que se vive. En ese mundo de vacíos llenan el día a día entre
birra y birra y el colapso del sentido común. “El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de
ella” JESUCRISTO.
Estas misivas de Evencio dan miedo y menos mal que nos ahorra el destinatario porque si no sería de infarto. Es cierto que hay mucho chatarrero de la palabra y afines a la crítica sin fundamento.
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