miércoles, 27 de octubre de 2021

EN EDUCACIÓN, PRIMITIVOS

España es un país deficitario en educación. Y ese problema conlleva arrastrar secuelas que evidencian nuestro talón de Aquiles. No somos adultos en esa asignatura, lo que nos hace empequeñecer. Aquí mostramos una insuficiencia alarmante y, lo que es peor, el mundo nos mira para vernos miniatura de una materia de lo que no somos: grandes. Una fatalidad y exigüidad que hace óptima la carencia. Somos amantes de lo vano, estéril e inane. En educación, primitivos.

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