Parece que se instala la normalidad en el país en torno al COVID-19 y bienvenida es después de una catástrofe sin precedentes. Todavía queda pagar a los servidores públicos que se ganaron con sus esfuerzos el reconocimiento del pueblo. Ahora toca normalizar la subida de la luz -entre otras cosas- porque causa vergüenza ajena el despropósito diario de subidas que altera la calma y apaga la creencia de un socialismo en decadencia de la moral. Estamos ante un Gobierno depredador del bienestar social del pobre. ¿Qué valores morales representa este socialismo?
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