La exigencia de la objetividad exige reconocer a Jesús Ros, con sus aciertos y errores, una gestión globalmente positiva como alcalde. El balance de su mandato se sitúa en el haber y no en él debe. A lo largo de su gestión estableció pautas que lo identifican con la moderación, serenidad, atención y comedimiento. Jesús deja una estela incontestable de formas que acreditan la altura de un alcalde que siempre será un referente del pueblo.
No tiene color con lo que hay actualmente, opino que casi entre todos sólo hay un cerebro.
ResponderEliminarEl tiempo será el mejor Juez
Entonces que haces juzgando de antemano?
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