viernes, 16 de febrero de 2024

VIVIFICARSE

Vivificarse requiere coger un libro y proporcionar a la mirada el alimento que evita dejarte famélico de sabiduría. Leer al filósofo Ortega y Gasset es descubrir lo que él pensaba de rojos y azules o, lo que es igual, su verdad: “Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral”. O, tal vez, a Gilgamesch y conocer “el derecho de pernada” y para consumir el ocio no iría mal tener conocimiento a través de Kramer de la muerte y lo inmortal. No es pueril recomendar a Hermes Trismegisto, el sabio egipcio, para que el día laboral se convierta en fiesta de guardar. La diversidad de tantos autores hace el menú de la lectura más ameno y, al mismo tiempo, nos trae y nos lleva para en este viaje de la inmovilidad nos permita salir de comodidades asentadas en la incomodidad. No es admisible olvidar a René Descartes y su famoso principio “PIENSO, LUEGO EXISTO”. En la vida política de la tierra no hay pensadores y se desconoce hasta la fecha de su existencia. Y ahondar en el DISCURSO DEL MÉTODO nos llevaría a la metamorfosis del pensamiento para que en ese renacer la duda siempre fuera la certeza. Sumergirse en ese mundo inhóspito-habitable es cuestión de no dudar para tener la certeza de que nada es tan agreste como no abrir la puerta de un mundo que conocido, no conoces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario