Hay personas ligadas a la vida
política que viven presos de su propia libertad. Es un estereotipo de personas
donde opinión y criterio mueren sin ni siquiera saber que tienen vida. Produce
tristeza que en esta época de la vida haya un excedente de amantes voluntarios
al sometimiento. Son, por llamarles de alguna forma, revolucionarios del
silencio sin que puedan evitar el más sonoro de los ruidos.
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