Ayer recibí una llamada de JAUME SANTONJA con motivo de su final
en la vida política y le agradecí la deferencia. Mantuvimos una charla amena en
torno a los acontecimientos políticos y quedé con el parlamentarista para tranquilamente tomar un café y seguir con
cuestiones que nos cuesta desprendernos de ellas. Su ausencia -con el respeto
que todo el mundo me merece- restará altura al elenco político. Un abrazo.
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