sábado, 19 de septiembre de 2020

EL FUNERAL DE UNA HORMIGA

Paseando por un camino forestal y cansado de transitar por agrestes caminos, decido hacer un alto en el camino y tomo aposento en una firme piedra y ante mi asombro descubro el funeral de una hormiga quedándome perplejo de la solemnidad del acto. El cadáver lo llevan en volandas seis compañeras de la difunta siguiendo el cortejo fúnebre en fila el resto de admirables trabajadoras. En la rama de un pino que ocultaba el sol, cantaba un pájaro para que la ceremonia no estuviera exenta del protocolo que exigía el suceso. A mi lado brotaba una florecilla de la que cogí un pequeño pétalo y lo puse en mitad de la fila del duelo para que al enterramiento no le faltara formulismo. Cadáver y pétalo entraron al hormiguero  y, afectado por la impresión de lo visto, me volví rezando un Padre Nuestro y el deseo de que descanse en paz.


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