Estaba yo -cara al sol- en una terraza de la Avenida, mirando un gorrión en ese arduo trabajo de buscar el pan, y entre el salto y vuelo corto, el barítono mañanero desayuna alguna “miga de pan” y vuela al árbol cercano para desde las alturas hacer la digestión y defecar en el retrete en el que no se utiliza papel higiénico, porque gracias a ese retrete se encuentra la “miga de pan” del que utiliza el papel no higiénico.
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