Los políticos oyen
pero no escuchan. “Para saber hablar es preciso saber escuchar”, Plutarco. Lo
cierto es que la monotonía asola el mundo político y sin esperanzas de ver
movimientos en el que la inquietud sea un referente. Es una falta reprochable a
la pasividad. “La falta más grave es no
tener conciencia de ninguna falta”, Albert Einstein.
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