Carmen Carpio es la vida que late al ritmo del sentido común. El café de ayer mañana fue ameno y utilizamos la libertad de expresión para rendir pleitesía al artículo 20 de la Constitución. Lenguaje claro sin cortapisas y entre lo divino y humano vimos en la claridad de la mañana la oscuridad del mundo actual. Un placer amiga y encontraremos otro momento para seguir hablando a nuestro libre albedrio y guardaremos un minuto de silencio para todos aquellos -que por voluntad propia- perdieron la patria potestad de su identidad. Un abrazo.
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