martes, 16 de noviembre de 2010

A XEMA

Decido ir a ver a XEMA, doctor en cultura, y hombre aislado de la osamenta cultural, es además fiel interprete y amante de los temas sociales, lo que me produce un bienestar para que la corta estancia sea más confortable.
Me abre la puerta su esposa, y me reconoce. La verdad es que me alegra y el fuero interno disfruta del momento.
Mi primer pensamiento en la casa del sentimiento, es por derecho propio para la inmortal ARANTXA. Y me produce una sensación de plenitud, para que no tenga el vacío espacio. ARANTXA que no está, no de ja de estar. ELLA que era una mujer de cristal, no dejó durante su vida vidrios, y si el aura de un ser querido que traspasa la barrera de lo meramente familiar. Esta es una prueba de ello. Y qué mejor que dejar estas líneas incorruptas de esta pluma rural, como evidencia de que su vida no pasó desapercibida. La vida que es un suspiro, dejó de pertenecerle para que la muerte tuviera el banquete de su vida, y seguramente en ese más allá, habrá encontrado; la calma, el sosiego, el silencio y el camino que lleva a la aternidad para no dejar de ser eterna.
XEMA convaleciente de una leve intervención, lo veo con un aspecto fenomenal, trasmite tranquilidad, y que duda cabe que sobrados conocimientos de la vida literaria de los genios del pasado, como igualmente su esposa atesora la primavera institucional de Machado y Hernández. Son momentos para no olvidar.
Este pobre alumno se marcha con la satisfacción de ver a este matrimonio entero, soportando el dolor que alivia, y yo intentando aprender de la grandeza de la humildad de personas que merecen que la vida les muestre, si hay, la cara más agradable.
Mi recuerdo también para la modélica EDURNE, y finalmente un hasta luego que evita el adios.
ARANTXA
FLOR, PÉTALO Y ROSA
ELIXIR DEL PARAÍSO
ESENCIA QUE AQUÍ DEJASTE
PARA QUE LA LÁGRIMA RIEGUE
EL ALIVIO DEL DOLOR
CUANDO MORIR NO ES PRECISO.

1 comentario:

  1. Cuando muera.
    Señor, llego a ti pues trabajé en tu nombre.
    Para ti la siembra.
    Yo he eleborado el cirio. Te toca a ti encenderlo.
    Yo constuí este tempo. A ti te corresponde habitar su silencio.

    Acógeme, Padre Eterno, en tu seno,
    misterioso hogar,
    que aquí vengo cansado y deshecho
    del duro bregar.

    - Evencio: llegó el mensaje...

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