A lo largo del tiempo, tuve
con CINTIA, algunos vaivenes por aquello de no ser nadie perfecto.
Superados y en el olvido, también quedó reconocido su talento con mayúsculas.
Me percaté de ello, un día normal de una apacible mañana, abordando un tema
personal sobre un libro. Comprobé que era un manantial de capacidad,
sabiduría y dominio. Y el tiempo demuestra, que estaba en lo
cierto. Por la segunda planta del Ayuntamiento de Torrent, pasó y dejó
constancia, del crédito de la famosa trilogía, querer, saber y poder.
D3e acuerdo contigo maestro, pero también le sobro una cierta altivez, quizá era un reflejo de su jefa.
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