miércoles, 3 de abril de 2013

EL PUEBLO LO PERMITE


Obviando el lenguaje copto, haremos de la lengua de Cervantes, el medio más eficaz para llamar a las cosas por su nombre, y ponerle a los casos el apellido. Este sufrido escaparate, es la inevitable consecuencia de quienes experimentan con el prójimo la absolución del humanitarismo, y el suplicio de tener que vivirlo. Y acabada la semana de pasión, permanecemos con el día a día del paro, el desahucio,  las limitaciones del bienestar social, la corrupción como bandera, y con un país enseñando lo sórdido, inmoral, y turbio. Y unos políticos deshonestos, y mugrientos de vanidad de la vil materia. El pueblo lo permite. 

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