El Gobierno sigue su escalada de inoperancia. La fijación de
la herencia para salvar el pellejo, se me antoja trivial. Digamos que este
ejecutivo es un fiasco y símbolo de la decadencia de la honestidad. Utiliza
demasiada cautela para afrontar los problemas que ahogan a la sociedad, y es
cautivo de una prudencia imprudente. Si cercanos al 30% del paro no les
conmueve la situación, este Gobierno lo veo incapaz de solucionar los problemas
de este país. Y entre escrache y detractores, “el estallido social será
inevitable”. No entiende este Gobierno que las subidas de impuestos no son
razonables, y no reformar la Administración una ligereza imperdonable.
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