Mirar los problemas que nos acucian es el Evangelio diario de todos y cada uno. Se acumulan las miradas en las redes sociales, prensa y canales televisivos, y sufre la retina del uso justo para no perder de vista el acopio de dificultades. Pero de tanto mirar nos hemos olvidado de ver.
Estoy de acuerdo con usted Evencio, estamos inmunizados ante el dolor y las desgracias ajenas. Nos hemos acostumbrado a pasar por delante de las cosas y no mirarlas, las vemos, pero solo de soslayo, como para asegurarnos que no nos vayan a tocar.
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