Con los políticos de
vacaciones se supone que habrá una tregua a la mangancia, es una pena que
tengan que volver a ocupar puestos vacíos de honestidad. El aislamiento
temporal les vendrá bien para ver si son
capaces de recapacitar y pensar que fueron elegidos para servir al pueblo y no
para utilizarlo. Pero como cavilar es un
lujo, aquí se les nota la indigencia.
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