Anoche desencantó Pedro
Sánchez en el debate de la élite política y en el próximo debe hacer algo más
que pasar desapercibido. Me dio la sensación de ser primerizo en estos envites
y dejó la impronta de perdedor. Pablo casado no me entusiasmó porque la derecha
siempre deja el rastro de su mundo rancio y ese ADN lo tienen patentado. Albert
Rivera configura otra derecha más liberal y con formas diferentes que llegan
más a la gente y fue más convincente. Pablo Iglesias se licenció en sosiego y
dejó algunas pinceladas Constitución en mano coherentes.
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