En el viaje a los ancestros mi mente en ese ir y venir constante me llevó al poblado pesquero y mítico de CAFARNAÚM. Nada tiene que ver con mi pueblo a pesar de ser una sociedad en la que hubo ilustres pescadores, pero la afición a la caza tuvo mayor trascendencia. Quizá al ser “la ciudad de Jesús”, uno de los lugares elegidos por Jesús de Nazaret para transmitir su mensaje y realizar algunos milagros, mi subconsciente me trasladó al pasado de la Semana Santa de Mira para encontrar en ella el arraigo al espíritu y la letra del misticismo y el encanto de épocas pasadas. Escuché muchos años canticos que encogían la piel entre el perdón y la piedad y faltó lo esencial: la práctica.
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