Estar todos los días entre este amasijo de letras es vivir en un mundo especial y es obligado el mimo que merecen. Con ellas se curte el intelecto, generan entendimiento, a veces acarician, denuncian a los infractores de la honradez, visten al desnudo de cultura, sacian el hambre de famélicos de sapiencia y cimentan la tumba de la ignorancia. Abrir un libro es entrar a un paraíso que conocido desconoces. ¿SE PUEDE ENTRAR?
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