A JESÚS lo crucificaron, a
los refugiados los están crucificando, los parados con la metástasis del
desempleo, el país sin Gobierno, Cataluña reivindicando la independencia, las
pensiones en el alambre y el pueblo sufriendo el martirio de codicias no menos
independentistas de políticos amantes de la ambición. España en el esplendor de
un caos y presta al silencio de la revolución.
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