Agobia tanto calor,
la mascarilla, el mundo irresponsable, los contagios diarios y la falta de
claridad cuando oscurece. Agobia la rutina, el estrés de las circunstancias que
vivimos, el desempleo y las familias en el pórtico de la miseria. Agobian los
charlatanes con el síndrome de la envidia, los que ciegos piensan que ven y los
que hacen del verbo la escatología de su limpieza. Son el cordón umbilical de
Judas Iscariote.
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