La vida política
tiende por sistema al inmovilismo. La oposición de Torrent vive en el
escalofrío de la resignación como norma que rompe el molde de lo que debe ser
el respeto al pueblo. Tienen el espíritu del trabajo y del esfuerzo adormecido.
Políticos investidos de la más absoluta
mediocridad. O, lo que es igual un
insulto a la inteligencia.
La delegación de
Cultura veo que despega las alas y vuela a otro nivel. Susi Ferrer, la garante
del silencio, haciendo ruido.
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