La España de los parches no es admisible en esta época de la vida. La carencia de políticos de altura hace posible que no seamos capaces, de acometer una reforma del Estado y no vivir en un Estado de reformas. Licenciados en la indecisión, la egolatría y la necedad, se puede entender, este maremágnum de sistemáticas incongruencias. Los remiendos serán a falta de un Churchill, lo ajeno a la solución.
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