El hombre muestra a veces debilidades propias que hacen de lo humano lo menos misericordioso. Más que bienhechor, nos enseña las aristas de una especie dada a extinguir todas aquellas cosas que hereda y construye. “Que cosa tan extraña es el hombre; nacer no pide, vivir no sabe y morir no quiere”, Facundo Cabral.
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