La vida es a veces un latifundio de amarguras que inducen a
pensar si es necesario vivir en ese mundo, o si tal vez, lo eterno sea el mundo
en el que se puede saborear la miel de esa colmena. La vida tiene etapas en las
que las vivencias marcan el anverso mismo de la vida. Ciclos en los que puedes
encontrar lo que no buscas o el mal que el bien necesitas.
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