En estos tiempos bélicos nos queda tiempo de vivir emociones como la que nos sirvió ayer el PREMIO ATENEA-2022. Tocó la piel el acto y dejó el almíbar de la sensibilidad porque el premio recalaba en personas que hacen de la vida social y cultural el supremo esfuerzo de una entrega sin límites. Nada más justo que el galardón, el homenaje y la admiración de MADRES modélicas. Me gustó el discurso de Cristina Bea ajustado al sentido común y el crecimiento de Marina Olivares al frente de CASA DE LA DONA que va dejando asentado su futuro.
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