jueves, 15 de mayo de 2014

CATEDRÁTICO



Para saborear el elixir del sentido común, hay que sentarse con el CATEDRÁTICO y vivir  lo no frecuente del día a día. Y aunque estas charlas no son habituales, cuando se producen te liberan de cargas acumuladas de perpetuos de la trivialidad. Escuchar la palabra justa y medida es el medicamento que necesita una Agrupación famélica de la sagrada oración. Cuando en el vocablo aflora la coherencia, se habilita el fundamento de asentados cimientos y libera cuerpo y alma de grietas y aluminosis. Un placer CATEDRÁTICO.

3 comentarios:

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    1. Marca las diferencias. Lo explica Evencio de forma excelente.

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  2. Marca las diferencias. Lo explica Evencio de forma excelente.

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