También
ha saboreado el estrepitoso fracaso. Y nada mejor que mirarse al espejo y ver
la cara de la verdad (para no engañarse). Mucho trabajo hay por hacer en la casa de
PABLO IGLESIAS, y la sensación que da es que hay poca mano de obra.
Después de la devastación con visos de desierto, se necesita una terapia para iniciar
la reforestación mental y así poder asimilar el trauma.
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