viernes, 23 de mayo de 2014

¡CUIDADO!


Hay que embriagar a la sociedad del hedor de la honestidad, del servicio al ciudadano y no al partido, de equipos facultados en la preparación, de la vital cercanía con el pueblo, de la equidad con todos sin exclusión de los débiles, de programas políticos que tengan la virtud de la verdad y no del engaño, y de políticos aptos para el normal desarrollo del cargo para el que es elegido. Limitados ya los hemos sufrido, y el pueblo no es merecedor de castigos. ¡Cuidado! 

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