miércoles, 3 de junio de 2015

EVASIÓN

Sentado en mi balcón observo mis macetas y las correrías de los gorriones a los que no les faltan unas migas de pan. Aquí tienen su comedor social y fijado su horario; relaja y son momentos que te evaden de rutinas contaminantes.
Tengo admiración por el “Perico” y, sobre todo, por la viveza de uno de sus colores, el fucsia. No es la maceta la tumba de UPyD. La planta del dinero se evade de obediencias con el pobre pero no de la mirada amable y el riego que alivia su sed.
La sintonía con las plantas es total y una delicia escasa ver llover desde el privilegio de la comodidad. Una mesa y dos sillas. Cuando el sol acaricia, mi perro tiene su playa particular y disfruta con su calor. Tiene otros calores.
El balcón es en ocasiones el lugar que invita a soñar y hacer del verso suelto lo que encadena. Siempre tengo la impresión de tener a mi lado a Miguel Hernández y a veces ruge la voz con la elegía de su entrañable Ramón Sijé.

Yo quiero ser llorando el hortelano
De la tierra que ocupas y estercolas
Compañero del alma tan temprano.


La cena forma parte de lugar tan singular y la ensalada, lata de atún, fiambre y tinto de verano es el menú veraniego. La sencillez es la compañera de esta pequeña historia que yo considero un lujo. ¿Quieren cenar?

3 comentarios:

  1. En este post y en el que hace unos días escribiste evocando pasajes de tu infancia en Mira, derivas la tediosa campaña electoral con la que tus post -igual que todos los medios- nos han venido machacando.
    Con estos escritos, manifiestas tu estilo literario y tiendes a apaciguar el espíritu.
    Saludos

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    1. Al menos relaja. Falta algún tomate de tu cosecha que son una delicia. Saludos.

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