Visto el desarrollo de la
toma de posesión de Jesús Ros como Alcalde se deduce que afloran formas y
actitudes poco edificantes en quien debe ser un referente de educación,
elegancia y respeto. Estuvo ausente Amparo Folgado de virtudes y modos que
generan crédito. De ahí que su partido tenga la necesidad urgente de afrontar una
renovación sin demora para asentarse en la autopista de la democracia y ser
conscientes de que la humildad es un bien que no les vendría mal. La
prepotencia ya la han utilizado en demasía ahora es cuestión de invertir las
formas. ¿Serán capaces?
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