Estoy al margen de las
fiestas del pueblo, los años, sabios ellos, me apartan del mundanal ruido y me
sitúan entre la siesta, el sofá y la silla (no es de Alvir) en el chalet de mi
balcón para completar las tardes y hacer de la rutina un auténtico máster. No
iré a ver a Falete porque la hora en que comienza su espectáculo me parece
intempestiva para una persona de mi edad y prefiero ver telediarios para ver
otra clase de espectáculos sin salir de mi casa. Así puedo ver a Mariano,
Pedro, Albert y Pablo para saber en cada momento lo que piensan y cuando son las
consultas con su Majestad. Ver a tantos payasos es el mejor de los
entretenimientos.
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