lunes, 25 de julio de 2016

SEGUIMOS CON EL ESPERPENTO

Sigue el embrollo de la indefinición de pactos, de un Albert Rivera con la brújula pérdida y dando muestras de políticos amantes de la patria pordioseros. Es patética la atmósfera que se respira en este mundo de vanidades que hacen del colectivo el estiércol de la moral. Nadie es creíble, nadie es digno de representar al país cuando todos están pensando en el bien propio en una España versátil de males. 

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