La vida política está llena
de razón y sin razones para que haya de todo como en botica. Nadie es capaz de
aplicar el sentido común a los problemas y se multiplican como los panes y los
peces sin que se vea un atisbo de luz en ese universo de oscuridad. El hedor
del estiércol nacional traspasa la barrera del aguante numantino de una
sociedad que rememora la paciencia de JOB. Y todos representan un uno con la
vergüenza colgada con pinzas. “Cuando
los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”
LICHTENBERGH.
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