Hay comentaristas que dicen,
se desdicen, ignoran, son modelo de
inseguridad, se licencian en el error y hacen que su carrera se doctore en el trote. Toda una odisea que deja en los
renglones el lento cabalgar del galope
del conocimiento. Hay, además, exagerada imprudencia y atolondramiento de quien
no sabe dominar el ímpetu para exponer con claridad meridiana su torpeza
públicamente. Y resulta infantil
hacerse eco y sentirse aludido de algo que llevaba otra dirección, dejando la
evidencia de la profundidad del desconocimiento. ¿Carrera o carrerilla? Y punto final.
¡Mamma mía! Viaje al destierro.
ResponderEliminarCuando a uno le dicen punto y final mejor replegar velas por aquello de NO es NO. Hay gente que se sacrifica ella sola.
ResponderEliminarLa ingratitud es mala consejera.
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