Se acelera el ritmo cardiaco
de algunos rumiando la posibilidad de ser líderes, porque les puede el hambre
del protagonismo aunque arrastren el certificado de la ignorancia. Haberlos
haylos. Es el afán de principios que, además del fin, tienen su final. “La ignorancia es la noche de la mente:
pero una noche sin luna y sin estrellas” CONFUCIO.
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