viernes, 13 de noviembre de 2020

LA ERMITA DE MIRA

La Ermita de Mira tiene un componente periférico que emite luz y alcanza una dimensión que hace posible que cerrada esté abierta, y con su reja que invita a estar dentro desde fuera. En ese mundo la oración en silencio alcanza la plenitud, y la devoción del creyente encuentra la satisfacción del deber con la paz interior. En mi memoria un domingo por la mañana, cuando de pronto llegaron Isabel Nieto y Pepe Lorente, Isabel con sus pasos vacilantes trataba de acercarse a la reja, para seguramente pedirle a Dios el milagro que no pudo concederle. Pasado el tiempo, posiblemente gozará hoy del milagro de estar a su lado. Aquella mañana Isabel quedará en mi memoria para siempre.

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