Las colas del
hambre, la subida de la luz, gas y
autónomos son temas de rabiosa actualidad. Hoy las necesidades apuntan en esa
dirección y no a derroteros que quebrantan el crédito de un Gobierno, que al
final son el epitafio de gobernantes en el “delirium tremens” del engaño.
Candentes los citados temas adquieren, por la coyuntura de los tiempos, el
sello de la urgencia y no la ambigüedad ante problemas que siempre paga el que
menos tiene. La sensación que da este socialismo es que ni ve, ni oye y dudo
que sienta. El hambre empieza a dar bocados y hay personas que ya no tienen ni
dientes. Más moral y menos moralina.
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