No es bueno nadar entre dos aguas y vivir en el mundo de la ambigüedad. Ese bagaje te puede sacar del cauce del pan nuestro de cada día y la anfibología, la retórica mundana que confirma un estereotipo definido en la inseguridad de nacidos para la incertidumbre. Haberlos haylos y su final no será la felicidad. “La incertidumbre es casi peor que el dolor, como tal vez comprendas algún día”, Elizabeth Kostova.
La pólvora de estas letras tiene la siguiente dirección: Claramonte Raúl, pero tu eres mejor conocedor que nadie y sabes que el susodicho navega entre todos la mares de la política menos en el Océano Pacifico.
ResponderEliminarEstar entre dos aguas en estos tiempos tiene garantiza cuando menos la gripe. En ese concepto político alguno nada contra corriente sin saber las consecuencias que se pueden derivar.
ResponderEliminarAlgún día lo comprenderá si se lo explican bien.
ResponderEliminarSerá la vida breve de un apátrida de la política.
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