Nunca la vida fue tan breve como en estos tiempos catastróficos que nos toca vivir. La vida que no tiene precio vive en época de rebajas y se me antoja que por tiempo ilimitado. Nada mejor que echar mano a la mística de la poesía: “Vivo sin vivir en mí; y tan alta vida espero; que muero porque no muero”, Santa Teresa de Jesús.
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